Ella es Jimena, una joven de 21 años, dedicada a la escuela, vida social, novio e imagen.
De chica vivía siempre con una gran sonrisa que contagiaba a todos los que la rodeaban, era una niña llena de energía y de vida que llegaba a desesperar con su hiperactividad.
Ella convivía mucho con su prima mejor Fernanda, todo lo contrario a Jimena muy sería, callada, tranquila, pero cuando se encontraban en reuniones familiares, de las dos no se hacia una, el relajo y los gritos eran presentes.
Cuando Jimena y Fer estaban solas después de un rato de juego, y de empezar a pelear por el juguete que tenía la otra, comenzaban las indirectas y pequeños golpes entre ellas.
Esto pasaba siempre y el día terminaba con una invitación a dormir de Jimena a Fernanda.
Al llegar a la casa de Jimena, se iban a su recamara a ponerse la pijama, pintarse las uñas y Fernanda comenzaba a enseñarle todo lo que aprendía en ballet.
Jimena la observaba fija y detenidamente, veía su cuerpo y enseguida volteaba al espejo a observar el suyo.
Entonces Jimena decía: “Fer yo quiero ser como tu, no quiero esta lonja, ¿cómo me la quito?, a lo que Fer contestaba: Con ejercicio prima, comer frutas y verduras e ir a ballet”.
Lo que ocasionó que Jimena comenzara a perder peso, eran las comparaciones familiares entre primas, <<>>
Este tipo de comentarios produjo que a la edad de 16 años Jimena entrara a un rígido estilo de vida en donde la alimentación perdía importancia y el ejercicio sería su mejor amigo durante los siguientes años de su vida.
Jimena comenzó a ocupar su día en diferentes actividades, entre ellas atletismo, gimnasia y natación, por lo que para tanto ejercicio, la proporción de comida era muy pequeña y el desgaste físico era exagerado.
Un día ella terminaba sus actividades con la clase de natación, era la hora de salir de la alberca y Jimena quedó completamente inmóvil.
Los estudios comenzaron, eran chequeos diarios, para los ojos de Jimena solo existía el color blanco, las caras de sus padres eran largas y preocupantes.
Llegó el señor de bata blanca, el resultado era lo esperado por todos…. ANOREXIA NERVIOSA.
Transcurrían los días y Jimena no lograba recuperar peso, al contrario cada día perdía más. El apoyo de sus familiares era incondicional, pero el autoestima de Jimena solo ayudaba para disminuir su masa corporal.
Han pasado los años y la anorexia ha sido su fiel amiga.
Toda la alegría que reflejaba su rostro y el brillo de sol que aluminaba su presencia se han convertido en despotismos, rencores, envidias y todo ese sentimiento que transmite presunción y a la vez gran inseguridad.
La pérdida de peso y el juego entre la vida y la muerte no tiene importancia en la vida de Jimena. Sin embargo, la publicidad, imagen y la búsqueda de llamar la atención portando un disfraz de esqueleto son para la joven nutrióloga un orgullo y meta en la vida.La anorexia es un problema serio e incontrolable, debemos valorar la vida y no hundirnos en el círculo señalado de la imagen dentro de la sociedad.
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